Fue el 17 de septiembre. La transición de un trabajo a otro.
En un primer momento iba a ser mío y solo mío, para descansar y hablarme como no lo había hecho desde hace mucho.
En un primer momento iba a ser mío y solo mío, para descansar y hablarme como no lo había hecho desde hace mucho.

Mi primera parada fue para desayunar, un buen café y ponerme las pilas. Seguidamente fui al museo del Prado de Madrid, menos mal que Xanadu me llamó y quedé con ella. Al comienzo de cada sala me introducía a los pintores y su época… que envidia el saber tanto de arte y que suerte contar con una guía tan excepcional para mi solita. Me quede una hora después de que ella tuviera que marcharse, para seguir saboreando y asimilado tanto arte.
Como hacia buen día camine hasta la plaza del Carmen y… me tome una cervecita, mientras observaba el bullicio de Madrid y su diversidad. Es una ciudad que de siempre me ha gustado y que cada día me enseña cosas nuevas.
Como hacia buen día camine hasta la plaza del Carmen y… me tome una cervecita, mientras observaba el bullicio de Madrid y su diversidad. Es una ciudad que de siempre me ha gustado y que cada día me enseña cosas nuevas.Y para comer que mejor que un bocata de calamares en la plaza Mayor.
Un día genial en el que me deshice de los malos rollos atrasados, muchos por el trabajo y en el que comencé una nueva etapa.